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- Duración: 32:33
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¡Que me condenen si no conocí a la mujer más atractiva del mundo en ese trote! Su cuerpo se onduló como un mar tempestuoso. Sus pechos me llamaban como un oasis en el desierto. ¡Sus muslos curvos exigían que los extendiera y pusiera mi polla sobre ella! Ni siquiera podía ver a su marido a su lado, aunque sentí que estaba en algún lugar cercano. Todo lo que podía ver era su cuerpo hambriento de sexo. No sé cuánto tenía en el bolsillo, pero créanme, no es malo darle una maleta de dinero a una mujer así. Convirtió mi polla en una salchicha devorada, y valió la pena...